DEBIMOS SER FELICES

Una hija descubre la nota de suicidio que escribió su madre años antes de que ella naciera. ¿Qué la empujó a escribirla? ¿Habita en ella aún esa pulsión? Debimos ser felices nos entrega un relato íntimo y conmovedor, escudriñando en un pasado familiar que arranca en el departamento de Rivera, al norte de Uruguay, en la frontera con Brasil, cuando la abuela contrae matrimonio con Amantino y trae al mundo dos hijos y una hija, la madre de la narradora. Como la memoria misma, la novela avanza a través de fragmentos, transita también por Montevideo y Santiago de Chile, saltando de la infancia de la narradora a un pasado remoto que solo pudo haber reconstruido con los retazos de las narraciones de abuelos y tíos que ya no existen. Momentos e imágenes inquietantes, que deslumbran por su crudeza o su ternura. Esta es también una historia de abusos y omisiones que une a tres generaciones de mujeres ?la abuela, la madre y la hija-, y que encuentra fin