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EVELYN WAUGH, UN ESCRITOR AMBIVALENTE

person Publicado por: Truman Libreros list En: Blog-Truman En: comment Comentario: 0 favorite Golpear: 153

Transcurría el año 2001 y yo aún era un joven con futuro o, al menos, de eso intentaba convencerme. Sentía que estaba al día en lo que debía leerse y podría haber apostado todo, a que yo sabía un montón de libros. Hoy no tengo mucho que apostar y, si apostase, probablemente perdería. Me he quedado atrás.
Sin embargo, por aquel entonces me enteraba de lo que había que leer y decidía mis compras de libros a la antigua, recorriendo librerías con mucho tiempo de sobra y leyendo las contraportadas de los libros que más atraían mi atención. Unos libros me llevaban a otros y así sucesivamente.
En aquellos tiempos me moría de la risa leyendo a P.G. Wodehouse y Tom Sharpe, dos escritores diferentes, pero igual de graciosos. Del primero recomiendo toda la serie de Jeeves y Wooster y, del segundo, especialmente sus novelas protagonizadas por Wilt.
Como decía, andaba en la búsqueda de algo similar, pues los ingleses pueden ser muy graciosos cuando no están colonizando y esclavizando otras naciones más pequeñas y menos graciosas. En eso estaba cuando encontré un pequeño libro de bolsillo de color amarillo titulado ¡Noticia Bomba!, Una Novela de Periodistas. El título llamó inmediatamente mi atención y lo compré, en una de las mejores decisiones que he tomado en los últimos 10 años. En serio; no tomé buenas decisiones en ese período.
Las equivocaciones (y las carcajadas) son desencadenadas por el director del "Daily Beast", Lord Cooper, quien con la intención de contratar al celebre novelista John Boot para que cubra el conflicto que se está desarrollando en el país africano de Ismailía, termina dándole el puesto a William Boot, un humilde colaborador del diario que escribe una columna semanal sobre historia natural.
¡Noticia Bomba! centra su atención en el mundo de los periodistas y, especialmente, en el de los corresponsales de guerra, los cuales en un estado de borrachera permanente participan en calidad de testigos de un conflicto bélico inexistente, inventándose las noticias con el objetivo de adelantarse a la competencia y manipular así a la opinión pública. La novela está plagada de críticas veladas al período en que fue escrita, pero que pueden en la actualidad, parecernos curiosamente familiares. He aquí unas líneas tomadas de la descripción que hace Evelyn Waugh del país de Ismailía: "Ese hasta ahora feliz país llamado Ismailía carece de accesos fáciles, sea cual sea la parte del mundo desde la que se intente ir (...) En la década de los setenta del siglo pasado, varios valerosos europeos llegaron a Ismailía, o cerca de allí, provistos de un adecuado equipaje formado por relojes cucú, fonógrafos, sombreros de copa, proyectos de tratados y banderas de los estados que se habían visto obligados a abandonar. Llegaron en calidad de misioneros, embajadores, comerciantes, prospectores, biólogos. Ninguno de ellos regresó. Fueron comidos, todos y cada uno de ellos".
Demás está decir que leí el libro rápidamente y con una sonrisa permanente. Además, pude comprobar que estaba ante un escritor que intentaba hablar de cosas serias en un tono humorístico, o bien, que relataba acontecimientos graciosos con un tinte serio. Nunca lo sabré con certeza.
Pasó algún tiempo y en mi constante búsqueda de libros que pudieran estimular mi permanente evasión, me topé, hurgando en cajas de libros usados, con Brideshead Revisited (Retorno a Brideshead). Curiosamente también estaba escrito por Evelyn Waugh. Naturalmente lo compré y me dispuse a reír con mi nuevo descubrimiento. Sin embargo, me encontré con un libro de difícil avance, y lo digo literalmente, pues debido a un defecto de imprenta las hojas estaban pegadas entre sí, dificultando considerablemente la lectura. Una vez superado este obstáculo pude leerlo y constatar que la novela no era graciosa en absoluto, no obstante sigue siendo una de las mejores novelas que he leído jamás.
Mi mente obtusa se negaba a comprender y aceptar que ¡Noticia Bomba! y Retorno a Brideshead habían sido escritas por la misma persona. Acabé por comprenderlo y me limité solamente a admirar incondicionalmente a este autor, cuyo genio escindido había sido capaz de tamaño despliegue de bipolaridad y ambivalencia. Mi admiración creció a niveles ridículos cuando leí más de sus cosas y me adentré en su biografía.
Evelyn Waugh nació en 1903 y murió en 1966. Su vida fue corta, pero ya la querría para mí. En sus propias palabras llevó una vida de "pereza, disolución y derroche", logros que coinciden plenamente con los objetivos aún sin cumplir que he trazado para mi propia vida. En los años treinta se consagró como eximio novelista de humor, tal y como se aprecia en sus novelas Decadencia y caída, Gente Remota, Merienda de negros; y la ya comentada ¡Noticia Bomba!
En Decadencia y caída, primera novela que lo convirtió en celebridad a los 25 años, el autor lleva a cabo un retrato ácido, aunque cómplice, de la juventud dorada de la época. La novela relata de cerca la caída y, finalmente, la resurrección del joven estudiante de teología Paul Pennyfeather, desde que es expulsado injustamente de la Universidad de Oxford hasta su fallido matrimonio con una extravagante aristócrata que se dedica a negocios un tanto turbios.
En Merienda de Negros, Seth, el nuevo emperador de Azania, «tirano de los mares y licenciado en Oxford», ofrece a su antiguo condiscípulo Basil Seal -insolente, sofisticado y amoral-, el cargo de «ministro de modernización» de su africano país. A partir de ahí comienza la aplicación de las más descabelladas y absurdas innovaciones, dando lugar a un sinfín de intrigas tribales y diplomáticas que desembocan en el caos total.
Gente Remota es, tal vez, el mejor de sus libros de viaje. En él, Evelyn Waugh, con 27 años de edad, emprende el camino hacia la lejana Etiopía con el propósito de relatar, para el periódico londinense “The Times”, los detalles de la coronación del nuevo emperador de Abisinia, el Ras Tafari. Tras casi un mes de celebraciones y despropósitos, Waugh decide continuar su extravagante excursión por África. Cinco meses después es depositado en los muelles de Southampton por un trasatlántico procedente de El Cabo.
Aún cuando la pereza fue uno de sus ideales en la vida, puedo afirmar con autoridad que Evelyn Waugh no logró vivir como un auténtico perezoso. Por el contrario, fue un ser prolífico y productivo. Viajero incansable, fue padre de seis hijos y autor de varias decenas de volúmenes: novelas, biografías, libros de viaje y compilaciones de relatos. No obstante, y pese a que tengo una natural inclinación por sus obras humorísticas, debo afirmar que Evelyn Waugh es y será reconocido por su obra cumbre Retorno a Brideshead.
Mi experiencia con esta novela, leída después de los textos más humorísticos de Waugh, fue similar a la sensación de corroborar que una mujer linda es además inteligente; que el amigo gordo y payaso del grupo, posee también un corazón sensible. En Retorno a Brideshead, Charles Ryder regresa o re-visita Brideshead, la elegante mansión de la familia Flyte convertida ahora en cuartel, reviviendo en su memoria mejores tiempos, anteriores a la guerra, en los que paseaba embelesado por sus hermosos jardines y salones, sucumbiendo al hechizo de los singulares miembros de la familia. A poco andar nos queda claro que Charles nunca podrá librarse del todo de su ambigua amistad con el inquieto Sebastian, ni mucho menos de su obsesión por la hermana de éste, lady Julia Flyte (en serio, ése es el apellido).
Retorno a Brideshead es una novela en la que ocurren un montón de cosas. El argumento nos lleva de un lado a otro, dejándonos siempre con la sensación de que nada va a terminar bien; sin embargo, lo que más me atrae de ella es la infinidad de pequeños momentos íntimos absolutamente perfectos; pequeñas y patéticas fotografías del devenir de los personajes. Los momentos que Charles comparte con su padre, el reencuentro con Sebastian, o las primeras impresiones que Charles se forma de la familia Flyte, son imágenes que nos recuerdan la serie Downton Abbey creada por Julian Felowes, o la película Gosford Park de Robert Altman.
Evelyn Waugh fue uno de los escritores ingleses más exitosos de la primera mitad del siglo XX. De ideología conservadora y escritura mordaz, capturó como pocos el espíritu de una época y, en concreto, el de la alta sociedad británica de entreguerras. Vivió poco, pero al igual que un rockstar, logró armonizar perfectamente sus estados de ánimo y nos dejó un montón de canciones animadas y solos de guitarra, pero también baladas lentas para disfrutar.

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